Tengo entendido que toda página que te quiera vender algo tiene que tener un buen titular. Que llame la atención del usuario y te anime a seguir leyendo.

Pero esta página no tiene ningún titular. Tampoco ninguna oferta del estilo «por ser tú te hago un descuento del 50 %» o «te haré ganar mucho dinero sin que tengas que esforzarte».

Tu y yo no nos conocemos. Así que te hablaré con respeto.

Más abajo encontrarás una historia de cuando yo estudiaba el doctorado y preparaba mi tesis. Y es que no siempre me dediqué al marketing online y al SEO.

Pero antes debo decirte algo.

Hay dos tipos de marketers en internet. Los que son muy buenos y los demás. Los marketers buenos son capaces de dibujar imágenes en la cabeza de forma clara y no se andan con rodeos. Solo te compensa tener al lado a los primeros. No sé si sabrían distinguirlos pero te pongo un ejemplo.

Un experto en marketing malo te pasará una checklist con un montón de puntos a mejorar y otros que no hacen falta.

Ojo, no digo que esto esté mal del todo. Incluso yo mismo lo hago. Pero el experto en marketing con el que te merece la pena trabajar es aquel que además de la checklist te propone acciones claras, concretas y que se ajustan al presupuesto del que dispones. Además, muchas de estas acciones serán creativas y diferentes a las que está llevando la mayoría. Si te propone esto no te asustes. Al revés, comienza a dar saltos de alegría. Porque si te propone hacer lo que hace la mayoría cómo pretendes destacar.

Más práctico todavía. Muchas veces solo con la forma de presentarse ya puedes distinguirlos.

Un mal experto en marketing tratara de venderte sus servicios de marketing diciendo:

«¿Quieres que tu negocio tenga más clientes? Te ofrezco los servicios de SEO, email marketing y copywriting con los mejores precios del mercado. No tendrás que preocuparte de nada».

En cambio, el que merece la pena contratar te ofrecerá algo del estilo:

«He tenido que crear este servicio para que puedas dormir tranquilo por las noches, puedas pagar tus facturas y no tengas que discutir con tu pareja por temas profesionales. Eso sí, no es barato, pero te compensará».

O algo así. Tu ya me entiendes.

Puede que a las personas con muchos valores les suene agresivo. pero mi forma de ver el marketing es esta.

Normalmente, la gente cuando quiere contratar a alguien para que le ayude a conseguir más clientes gracias a Google, anuncios online o email marketing, realiza una investigación.

Busca post y vídeos que no sirven de nada de supuestos expertos que les dicen:

  • Las diez palabras que nunca debes mencionar en un email.
  • Los 7 puntos fundamentales que no deben faltar en tu estrategia de SEO.
  • Si tu madre te tiró al río en una cesta como a Moisés y después te rescataron unos campesinos esto no es para ti.

Seguro que yo lo has captado. Y si todavía no sabes de lo que te hablo y has llegado aquí por casualidad quizás todavía no deberías contratar a nadie para que se encargue de la parte de marketing de tu empresa. A mí tampoco por supuesto. Oye, tu puedes hacer lo que quieras, pero de momento no te lo aconsejo.

Si tienes un negocio online también debes saber que no sirve que tenga mucha visibilidad y luego la gente no compre. La gente no actúa por lo que escucha, sino por lo que visualiza en su cabeza. Si en tu web o tus mails incluyes textos como los que te mencionaba más arriba parecerás uno más, del montón, y te costará mucho vender.

Y esta es la segunda clave para vender con tu web. la primera es que la gente te encuentre. Y la segunda es la visión que se hacen en la cabeza de lo que les vas a ofrecer.

No es lo que vendes, ni los precios, ni lo que hace la competencia, ni tus colores corporativos. Es cómo lo vendas. Y es que es mucho más importante parecer bueno que serlo. A ver si eres un gran profesional y, además, eres capaz de transmitirlo está genial. Ganarás mucho dinero. Pero si eres un gran profesional que no es capaz de parecerlo estás jodido.

Podemos discutir lo que quieras. Y está claro que es mucho mejor ser un gran profesional que no serlo. Pero como no lo parezcas dudo mucho que puedas vivir bien.

Eso sí, no sé lo que pides tu a un buen profesional del marketing online para trabajar con alguien, pero al menos sí te puedo decir lo que pido yo a un posible cliente.

Son dos cosas.

No una.

Dos.

La primera cosa es que no me gustan los cobardes. El mundo no está hecho para cobardes. Me gusta la gente valiente.

No trabajo con gente que no conoce lo que vende y no cree en ello. Tampoco soporto a los que se quejan de que si la competencia pone los precios más baratos o le copia sus estrategias. Adivina de donde he aprendido yo las cosas que sé. Copiándoselas a otros (esta misma página de ventas se la he fusilado al gran Isra Bravo adaptándola a mi). O acaso tu al montar tu clínica dental, tu taller mecánico, tu escuela de idiomas, tu restaurante o lo que quiera que sea tu negocio no te has fijado en lo que hacen otros negocios similares.

Repito, lo que yo puedo ofrecerte no es para cobardes. Hay que ser valiente.

La segunda cosa es que quiero que comprendas una historia que me pasó hace unos años cuando estudiaba el doctorado. Con esto no trato de ir de víctima, pues sé que esto que te voy a contar es una tontería muy grande comparado con los problemas del mundo. Pero aprendí una lección muy valiosa.

En la facultad en la que yo estudiaba había varios profesores que se llevaban muy mal. Se llevaban a matar. Incluso había algunos que se habían casado entre ellos y después se habían divorciado con temas de infidelidad por medio. Esto no sé si será común a todas las facultades, pero al menos en la mía había gente que se llevaba muy mal. A mi esto me supuso un gran problema cuando estaba realizando mis estudios de doctorado. Y es que mi director de tesis se llevaba muy mal con tres profesores que podían ayudarme a formarme y completar mis investigaciones.

Un día decidí ponerme en contacto con uno de estos profesores para que me diese su punto de vista pensando que esto enriquecería mi tesis. ¿Cuál fue el resultado? A mi director le sentó muy mal.

El caso es que unos meses después, otro de los profesores con los que se llevaba mal organizaba un congreso a nivel internacional muy importante. ¿Qué hice?

Ya te imaginarás que como te he dicho que no me gustan los cobardes presenté mi propuesta para participar en ese congreso. Semanas después la aceptaron y a mi director le sentó muy mal. Solo porque el tipo que lo organizaba (he de decir que a mi me trataba de forma excelente) era su archienemigo.

Esto que puede parecer un cotilleo sin más, no lo es, pues encierra una lección muy importante para vender.

Lo que yo aprendí es que hay que ponerse en la cabeza de la gente. Al profesor que me dirigía la tesis le daba lo mismo que yo presentase un mejor trabajo de investigación o que un alumno suyo presentase en un congreso sus investigaciones. Para él lo había humillado. Y la lección que aprendí es que hay que ser más empático.

Tus motivaciones no le importan a nadie. Importan las de la persona que te tiene que comprar o contratar. Estar centrado en ti matará tus ventas.

En un negocio hay que mostrar autoridad. Unos principios que no se pueden negociar. Y es que la gente compra seguridad, y eso es lo que debes ofrecerles.

Entonces si vamos a trabajar juntos debes saber que lo primero que voy a hacer es estudiar tu negocio, tus servicios y a ti mismo. Ah, y si después de hacer el trabajo vas a ofrecer un descuento por el día del padre, de la madre, del hijo o del espíritu santo entonces búscate a otro. U otra. Me es indiferente si es hombre o mujer.

Es importante que sepas que no soy una persona a la que le puedas imponer la estrategia a seguir.

Me harás caso en la estrategia a seguir, y si decides hacer cambios primero me los tendrás que comunicar.

Puede que te parezca borde, pero la estrategia a seguir y los textos de tu web o tus mails son claves para vender más. Y es que mi negocio y me prestigio dependen de que logre resultados contigo.

Como te decía, puede que te estés llevando la imagen de que soy un arrogante, pero me considero una persona educada que respeta mucho el trabajo de los demás. De hecho, si decido trabajar contigo es porque me guste tu negocio.

No me gusta perder el tiempo. Y debes saber que si vas a contratar mis servicios no son baratos. Además, deberás pagar el 25 % por adelantado.

No empiezo a trabajar hasta que no realices el pago del 25 %.

Nunca.

Esto último no es negociable. Hay gente que lo entiende y otros que no. No importa, solo trabajo con gente que lo entienda.

En fin, si te interesa pedir información tienes que rellenar el formulario que te dejo debajo.

Me pondré en contacto contigo aunque no me interese tu proyecto.

Por favor, activa JavaScript en tu navegador para completar este formulario.

Pasa un gran día.

Fernando Espejel.